En muchos lugares de España la Natividad de la Virgen María se celebra bajo la advocación de la patrona de la ciudad. En Talavera de la Reina, lugar del antiguo Reino de Toledo famoso por su industria cerámica, se dedica la fiesta a la Virgen del Prado. Entre sus mucho milagros y favores concedidos a los cristianos, traemos aquí uno que se recuerda en un humilde y anónimo exvoto cerámico de la segunda mitad de siglo XVIII. Además del hecho real que pueda conmemorar, la escena tiene un contenido simbólico universal casi evidente pues el toro simboliza la virilidad, de cuya desordenada acometividad queda preservada la joven por intervención de la Madre. Dicho de otra forma, María evitando el rapto de Europa.
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