sábado, 19 de mayo de 2012

INAUGURACIÓN OFICIAL DE LA PLAZA DE TOROS DE LA LÍNEA

FRASCUELO, EL GORDITO Y EL MARINERO


El domingo 20 de mayo de 1883, con ocasión de las fiestas del Corpus Christi, se inauguró oficialmente La Plaza de Toros de La Línea de la Concepción. Ya se habían celebrado algunas novilladas con anterioridad en 1881 y tras algunos problemas con la estructura del edificio que se resolvieron durante el año 1882, por fin pudo celebrarse el estreno grande, ocasión para la que se contrató a las máximas figuras del momento: Salvador Sánchez "Frascuelo, Antonio Carmona "El Gordito" y, como media espada, Antonio Ortega "El Marinero"; el ganado fue de doña Teresa Núñez de Parado, de Arcos de la Frontera.

De entre todas las crónicas de aquella tarde que se conservan traemos aquí la siguinete:


De la corrida celebrada el 20 del corriente en la Línea, nos envían el siguiente resumen:

Los matadores muy oportunos, y trabajadores en los quites.

El Gordo en la muerte de sus dos toros, como de costumbre, citando muy largo y saliéndose de la suerte, por lo que no resultó ninguna estocada en regla.

Frascuelo en su primer toro hizo lo que pudo, porque el becerro era burriciego y tuvo necesidad de matarlo a la media vuelta por no prestarse a otra cosa. En su segundo, que fue el único boyante, lo trasteó corto y ceñido, para tirarse con una magnífica estocada a volapié en todo lo rubio, jartandose de toro hasta mojarse los dátiles de arate.

El Marinero guapo como siempre; en su primer becerro, que se le huyó a las tablas como sus hermanos, tuvo por conveniente darle una estocada a toro corrido que resultó bien puesta y sin necesitar la puntilla; el público pidió que se lo dieran y el presidente accedió; su segundo, también becerro, se huyó como el primero, y después de un lucido trasteo, le dio una media estocada muy trasera de la que se echó al poco rato.

Los toros en el primer tercio, el primero y segundo muy buenos los demás regulares; en los otros dos tercios huidos y entablerados, exceptuando el quinto.

De los banderilleros Valentín, Regaterín y Pescadero, muy regulares con los palos; los picadores nada bueno, y la presidencia muy tolerante con la gente de a caballo.

Caballos muertos 10.

El servicio de plaza aceptable.

El lleno fue tan completo que la banda militar se vio obligada a retirarse por la carencia de sitio, cuya falta es de suponer será subsanada en posteriores corridas.

Boletín de Loterías y Toros, Madrid 28-V-1883

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