o como EL VINO Y LA PERMANENCIA PROLONGADA AL SOL ALTERAN LOS ESTADOS DE CONCIENCIA
Viernes 22 de junio
4º festejo de a Feria de Algeciras. Plaza de Las Palomas
Seis toros de Núñez del Cuvillo para Morante de la Puebla, El Fandi y José María Mazanares
El Fandi, par al violín |
Tres cuartos largos de plaza con el sol dando leña. Para muchos de los asistieron hoy a la plaza es la única corrida a la que han querido o han podido asistir en toda la feria, por lo que acudieron pertrechados de todo tipo de viandas y bebidas, que ingeridas después del tercer toro tuvieron el efecto que luego se verá.
LA MORRALLA DE NÚÑEZ DEL CUVILLO
1º.- nº 139, 470 kilos, 01/2008, colorao
2º.- nº 200, 490 kilos, 11/2009, negro
3º.- nº 236, 465 kilos, 0372008, colorao ojo de perdiz
4º.- nº 33, 485 kilos, 10/2007, colorao ojo de perdiz
5º.- nº 73, 510 kilos, 12/2007, colorao ojo de perdiz
6º.- nº 204, 480 kilos, 01/2008, negro
En general flojos, débiles, incapacitados. Cornalones y rompiéndose los pitones al derrotar en los burladeros, como si hubieran pasado necesidad, lo que por otra parte se entiende con tantos hermanos como deben ser en el Grullo y el Lanchar. Bajos y gordos, que no fuertes, como si hubieran sido cebados en los últimos meses. Los que llegaron al último tercio con algo de vida, fueron nobles y pastueños. El 5º, de nombre Pegajoso, fue indultado.
ANTES DE LA MERIENDA, o como con el estómago vacío se es más perspicaz
El viento descompuso la muleta de Morante cuando este quiso iniciar faena con el primero, un toro colorao, bajo, gordo y
flojo que ya había claudicado tras salir de
una vara rectificada y trasera y que amagó con echarse al salir de las
banderillas. Decidió abreviar el de La Puebla y entre pitos pinchó saliéndose y
a la segunda, también saliéndose, dejó una estocada caidísima. Se pitó al toro
en el arrastre mientras que hubo división de opiniones respecto a la actitud de
Morante. Unos le pitaron, otros reconocieron con aplausos la brevedad.
Manzanares, al natural |
El Fandi nos gustó mucho llevando al su primer toro al caballo con
un airoso galleo por chicuelinas y rematando con un recorte a una mano con
sabor añejo para dejar al toro en suerte. Era este un toro negro, bajo y gordo
que claudicó al salir del caballo, que quedó agotado tras el exigente tercio de
banderillas a que lo sometió el Fandi y que se partió la funda del pitón
derecho al clavar los cuernos en la arena al comienzo de la faena de muleta,
que consistió en un par de tandas de probaturas para constatar de que el toro
estaba ya inválido. Acabó el granadino con él de una buena estocada. Se
pitó al toro en el arrastre y recibió el
Fandi aplausos desde el tercio.
Manzanares recibió al terciadito y débil tercero, que se partió un
pitón en el burladero del cuatro, con verónicas aceleradas y lo toreó con la
muleta siempre fuera de cacho y sin esforzarse. Lo mató de una estocada
desprendida que ejecutó con mucho alivio y aunque Blázquez levantó al moribundo
con la puntilla, éste la palmó irremediablemente.
MERIENDA
No hubo pitos ni palmas ni
saludos porque mientras agonizaba el tercer cuvillejo ya había comenzado el
público a sacar la merienda. Por mi sector corrió, con moderación pero sin
complejos, la manzanilla fresquita, la espumeante cerveza y el dulce néctar de Chiclana, que como
primer efecto lograron calmar la sed y atemperar el ánimo de los que se
quejaban de la flojedad del ganado pero sospecho que en otras zonas de la
plaza, quizá regadas con otros licores, los efectos no fueron tan moderados .
DIVISIÓN DE OPINIONES: A CADA UNO LE SIENTA EL VINO DE UNA FORMA
Efectívamente, no había yo
terminado de apurar el último trago de manzanilla, cuando ya correteaba por la
arena el cuarto de la tarde, un
colorao acapachado que se fue solo al caballo que hacía puerta sin que Sánchez Araujo acertara a quitarlo
antes de que topara con el peto. Morante
comenzó la faena de muleta combinando pases por el derecho con algún
molinete y una nueva tanda por el mismo pitón con un cambio de manos y
entonces, el mismo público que antes le había pitado, comenzó a jalear al de La
Puebla. Se llevó Morante al toro a donde más lo animaban, al sol, y allí siguió
sacando pases al natural a un toro sin fuerzas, pero noble y que embestía al ralentí. El público parecía decidido a darle muchas orejas pero mató mal, un
pinchazo hondo y media docena de descabellos antes de escuchar un aviso y después dos golpes más con el de cruceta. Al final, división de opiniones: pitos de unos a Morante al doblar el toro y
aplausos y ovación de otros desde el tercio tras el arrastre, aunque presumo
que muchos hicieron ambas cosas.
Morante, verónica cargando la suerte |
Salió el quito con muchos píes y lo paró el Fandi con verónicas y chicuelinas en el tercio y he de
reconocer, y juro que la culpa no es del vino, que fue el mejor toreo de capa
que vi en toda la tarde, a pesar de quienes andaban por allí. Le
pusieron al toro un buen puyazo y lo quitaron con prontitud, de forma que quedó
muy entero. El quite por chicuelinas que vino después ya no me gustó, por que
el Fandi arqueó mucho el cuerpo al pasar el toro y porque no le bajó las manos.
Diré otra cosa que me gustó esta tarde, y fue que tras los tres pares de
banderillas, violín incluido, el Fandi corrió delante de la cara del toro a un
ritmo muy pausado, templando al toro al ejecutar ciertos amagos de recortes que
a mi entender fueron una lección de toreo a cuerpo limpio. Inició la faena de
muleta de rodillas en el tercio y en cuanto escuchó los gritos de sus incondicionales
de la solanera se llevó al toro para allá. Primero citándolo de largo en el
centro de la plaza, y éste se arrancó pronto y alegre. Engarzó unos derechazos
largos y sin rectificar la colocación y repitió la misma fórmula una vez más.
Hasta ahí todo bien pero inmediatamente vinieron una sucesión de mantazos y
pases de distinta factura siempre sobre
los pies y muy jaleados. Lo que más gustó en el sol, y que el Fandi repitió
hasta tres veces, fue lo que llamaremos el
pase del Kebab, que consiste en que el torero se coloca en los costillares
del toro, que debe ser lo más tonto posible, echa el brazo por encima del lomo de éste como si fuera su amigo, le
pone la muleta en la cara para que éste quiera cogerla y entonces ambos
comienzan a girar haciendo el torero de eje y el toro de montón de carne a su
alrededor. Del mismo modo que este snack moruno es hoy muy demandado por las
clases populares en los establecimiento de comida zafia, esta suerte hace furor
entre el público menos entendido y exigente, pero ávido de mucho movimiento
circular. Llegó el delirio a tal punto
que algunos comenzaron a pedir el indulto
del toro, cuyas virtudes fueron la bondad pastueña, la nobleza y cierta
alegría y prontitud al principio, pero que no era un toro de bravura excepcional. Puso el
Fandi en escena todo un catálogo de
gesticulaciones para poner al público en contra del presidente, cosa que ya le
hemos visto hacer a él y a otros en las mismas circunstancias, y como el
presidente resultó ser un timorato y un desahogado concedió sin más resistencia
el indulto mientras el toro se aculaba en tablas junto al chiquero. Como en la plaza no todos considerábamos que
el toro se mereciera el indulto, la vuelta al ruedo del el Fandi con las dos
orejas de otro toro fue de los más curiosa, pues mientras unos aplaudían y le
ovacionaban otros le pitaban y le negaban con la cabeza, aunque creo que muchos
hacían ambas cosas.
Con un ambiente no sé si propicio
o enrarecido, recibió al sexto Manzanares. Fue un toro que en
banderillas espero mucho, especialmente en el tercer par, que Curro Javier no llegó a clavar al verse
obligado a pasar en falso por los adentros, alcanzando con apuros el burladero.
Con la muleta Manzanares se mantuvo
descolocado, muy despegado y sin comprometerse, aunque consiguió ligar muletazos
por ambos pitones. El toro pecaba de pastueño y flojo, rayandodo en soso y
débil. Manzanares buscó el mismo recurso que había utilizado Morante y el
Fandi, irse al sol que más calienta en busca del triunfo populachero con un
toreo de garrafón pero como al intentar
matar recibiendo marró y dio un feo bajonazo y el segundo espadazo quedó
tendido solo logró una oreja.
Y ya no cuento más.
Fotos. JM ROCA
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