viernes, 20 de julio de 2012

BOTELLÓN EN LA MAESTRANZA

Jueves 19 de julio de 2012
Tercera novillada nocturna sin picadores
Seis erales de Marcos Núñez para Jesús Álvarez, Posada de Maravillas y Juan de Castilla

JESÚS ÁLVAREZ Y CUADRILLA ( por PEPE MORÁN)
Diez minutos antes de que comenzase la novillada los que pretendían sacar entradas formaban cuatro o cinco colas que llegaban desde las taquillas a la cancela del Paseo Colón. En ese mismo momento la plaza no registraba más de un cuarto de entrada. Cuatro chavales que no llegaban a los veinte años y que habían tomaron posesión de un balconcillo en  mi grada hacían alarde de su gran previsión mientras devoraban una bandeja de pasteles, habían sacado sus entradas por la mañana en la reventa, pagando 9 euros por las de 6, y no habían tenído que guardar cola. Durante la lidia del primer novillo y aun al cominezo de la del segundo fue entrando todo el público que ya había logrado sacar sus entradas, por supuesto pasando por delante de los que ya estabamos sentados y hablando y discutiendo a voces en busca de su localidad, sin importarles que otros queríamos atender a los avatares de la lidia.
Detras mía se colocó una pandilla de unos quince treintañeros que por las pintas de ellas y ellos debían de ser de buenas familas y hasta tener estudios superiores. Todo su interés por lo que hacían novillos y novilleros se limitó a pitar y aplaudir cuando veían que lo hacían otros, el resto de la noche se la pasaron dando carcajadas y gritando, bebiendo combinados de whisky y ron, hablando por teléfono y molestando a los dos o tres aficionados que allí estábamos. A partir del quinto novillo parecían ser la única pandilla que conservaba una bolsa de cubitos de hielo por lo se le acercaban jóvenes de otros grupos a intercambiar hielo por bebida o tabaco, lo que daba lugar a situaciones propias de una fiesta de la primavera universitaria más que de una corrida de toros.
Por su parte, el grupo que se colocó a mi izquierda, cuatro matrimonios de cuarentones con uno o dos hijos de unos diez años cada uno, demostraron mayor educación aunque en cuanto acabaron con los emparedados, los refrescos y cervezas, lo cual sucedió tras el arrastre del seguno toro, evidenciaron aburrirse y no  saber de que iba el espectáculo por lo que se dedicaron a hablar del trabajo ellos mientras ellas intentaban que los niños no se desperdigaran jugando por la grada y molestaran a los dos o tres aficionados que estabamos allí.
A mi derecha, dos parejitas de veinteañeros, se pasaron la noche dando cuenta el contenido de una gran bolsa de Macdonalds. A ellas no les gustaba el pepinillo y era admirable la paciencia con que ellos traspasaban a sus hamburguesas los trocitos verdes de los de sus respectivas. Todo era delicadeza y buenas maneras. Una le daba las patatas con ketchup a su novio en el piquito y el las comía poniendo una sonrisita de bobo que causaba rubor. Otro sostenía el vaso de medio litro de refresco mientras ella sorbía haciendo gorgoritos con la cañita. No es que molestaran, pero a los dos o tres aficionados que allí estábamos nos hacía sentir incómodos presenciar estas intimidades de enamorados.
De los abonados de la grada  solo se podían contar anoche dos señores mayores y a un servidor, que por su puestos acudimos a la plaza ya cenados y que tuvimos la santa paciencia, tan  propia de los aficionados a los toros, de soportar estoicamente el ruido, la algarabía y las conversaciones de nuestros eventuales compañeros, a los que no les interesó lo más mínimo lo que sucedía más alla de sus propios grupitos de amigos y familiares.
Y es que la verdad, lo que sucedía en el ruedo no era tampoco como para entusiasmar ni llamar la atención de un público neófito. Los erales de Marcos Núñez evidenciaron una falta de fuerzas desesperante. De salida fueron todos abantos y huidizos aunque a partir del tercio de banderillas demostraron acometividad y en la muleta fueron francos. Si a la calidad hubiera acompañado la fuerza, hubieramos visto una buena novillada.
El primero, colorao y chico, fue muy protestado de salida por evidenciar una manifiesta falta de fuerzas que le hizo claudicar varias veces en el capote y la muleta y el camero Jesús Álvarez no pudo sacarle ningún partido. Lo mató en la suerte contraria de un pinchazo y media atravesada y escuchó unos aplausos inmerecidos por parte de sus muchos paisanos mientras que al noillo se le pitó en el arrastre. El cuarto de la tarde fue un novillo negro más hecho, de más prresencia y alzada. Lo recibió Álvarez en el tercio con un alarga cambiada de rodillas y lego le aplicó unas verónicas nerviosas y una revolera. Contesto el pacense Posada de Maravillas con un insulso quite por delantales y cerró Álvarez el tercio con una gaoneras muy bastas. Con la muleta comenzó toreando bien con la mano derecha pero en cuanto escuchó la música debiño emocionarse y perdió el sentido de la mesura así que la cosa fue embarullandose para terminar dando mantazos fuera de cacho y recurriendo a los circulares y otros recursos de poca finura. Entró a matar con ganas y logró una estocada entera que no debió estar bien colocada porque la espada se salió y el novillo tardó en doblar. Tuvo la virtud Álvarez de descabellar a la primera en los medios y los muchos cameros que anoche había en la plaza pidieron con fuerza la oreja. El presidente hizo muy bien en no concederla, lo que le costó una sonora pitada. Se conformó Álvarez con dar la vuelta al ruedo.
   
El pacense Posada de Maravillas, que tiene nombre de pensión más que de torero,se llevó una buena tunda por parte del segundo de la noche al intentar ejecutar una chicuelina. Fue éste un novillo negro listón, chico y playerito muy flojo de remos que por falta de fuerza embestía rebrincando y con las manitas por delante, vicios que estroperaon la buena condición de ser pronto y codicioso en la muleta. Quisó Posada citar en los medios para que acudiera al galope el novillo y le aplicó dos tandas de  derechazos faltos de temple y siguió acompañando las embestidas francas del animal sin lograr lucimineto. Se quejaban algunos de las faltas de fuerzas del novillo, pero es que si llega a tener poder, el tal Posada se ve en un aprieto gordo. Mató mal, dió varios pinchazos y escuchó dos avisos, practicó con el descabellos una decena de veces y finalmente dobló el novillo. Salió a saludar al tercio por su cuenta. El quinto fue un novillo negro grandecito y bien armado que en la muleta demostró acometividad y codicia, sobre todo por pitón izquierdo pero el amigo Posada no supo sacar provecho de estas cualidades y, por falta de la virtud del temple, enganchó la muleta repetidas veces. Mató de una estocada creo que algo caída y escuchó un aviso antes de que doblara el toro. Volvió a salir a saludar al tercio sin que nadie se lo pidiera.
El colombiano Juan de Castilla, de la escuela de Espartinas, no demostró nada ante el tercer novillo, de nuevo un animal con calidad pero que fue desarrollando vicios defensivos ante la impotencia de verse falto de fuerzas. El novillo era incluso revoltoso pero cabeceaba y lanzaba derrotes y el colombiano no supo resolver estos problemas. Mató bien en la suerte contraria de una estocada entera muy efectiva y salió a salidar al tercio. El sexto y último de la noche fue el novillo más difícil, un colorao abanto y huidizo en el capote y que en la muleta manseó e hizo amagos de rajarse pero que por no emplearse conservó poder. Juand e Castilla demostró aqui algunas cualodades, no se amilanó, se metió entre los pitones del manso y lo obligó con la muleta, abusando algo edel encimismo pero transmitiendo valor y emoción.  Escuchó un aviso miestras descabellaba en los medios y después escuchó palmas.
Por cierto que la novillada de ayer tuvo algunos toques campogibraltareños. Los toros de Marcos Núñez pastan en una finca de Los Barrios, en El Rincón., y en la cuadrilla de Juan de Castilla iban los algecireños Montoya y Dani Duarte, este último escuchó palmas tras poner un buen  tercer par de banderillas al sexto de la noche.

3 comentarios:

  1. afortunadamente esa corrida la vieron mas personas y no comparten su opinion, se sabe que la maestranza es dura, pero a la hora de opinar hay que se mas objetivo y no dessmerecer tanto a los chavales que van con muchisima ilusion

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  2. ah se me olvidaba la fiesta es para todo el mundo y esas novilladas son tanto para aficionados como familias, si no quiere que le molesten no vaya ya que parece que el mundo del toro es para viejos con puro y sombrero que viven tan aburridos que no saben mas que comentar y opinar sabiendo de todo y no sabiendo de nada, mire tal vez esa familia de cuarentones le costo bastante esfuerzo comprar su entrada y los niños señor tienen que comer como usted debido a la hora asi que espero que lo publique ya que al parecer yo tambien estuve alli y no vi ni tuve tanto inconvenientes como usted espero que lo publique

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  3. Estimado Sr Anónimo, o quizá Sra, por supuesto que a los toros puede ir quien quiera. Yo no le niego ese derecho a nadie, como tampoco me negará Ud a mi el derecho a opinar lo que me parezca. Sinceramente, me alegra que disfrutara Ud tanto del espectáculo y que le agradara tanto la actuación de los novilleros. Como ve, no tengo ningún problema en publicar opiniones contrarias a las mías o críticas a mis apreciaciones. Gracias

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Gracias

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