Un día fue Apolo a la fragua de Vulcano, a encargar una espada.
-Hágame usted una espada ligerita, que me duele mucho la muñeca
-No se preocupe maestro, que en vez de una de forja la haré una de fibra de carbono
-Es que de matar tantos toros el trozo de carne de la muñeca es del codo, y el del dedo gordo es un trozo del indice
-Vaya tela, eso si que definitivamente es la parte por el todo, la encarnación de la metonimia que viene a poner fin a la sinécdoque de toda la vida, dijo uno de los currantes, el de la cara de bobo, el que tiene la boca entre abierta y que había estudiado algo de Retórica y Solfeo por el método belga con el padre Álvarez el Loco, cuando la EGB, en los claretianos de Heliópolis y no se le había olvidado.
Ahora al que se le puso cara de bobo fue a Apolo, que era de la LOGSE.
-Está claro maestro, explicó el empleado de Vulcano: el matador por la espada, por la espada el acero y como lo de el acero por el carbono no lo va a enterder la afición mejor será pasar de la parte por el todo al efecto por la causa: la muñeca.
Mientras tanto Ares, por prevención, había puesto a un amigo tonto llamado Electrión en la puerta del lugar donde estaba dándose el lote con la Afrodita por si llegaba el marido de ésta, como así ocurrió. Pero como decíamos, Electrión era un simple y se había quedado dormido así que no pudo dar el aviso a tiempo, con lo que el herrero cojo pilló infraganti a los dos amantes. Todo lo que ocurrió después con Vulcano, Ares y Afrodita es bien sabido y a quien no lo sepa aun se lo puede contar cualquiera o lo puede ir a ver a los museos porque anda pintado en tablas y lienzos del tiempo en que todavía los maestrantes no iban por ahí encargargando carteles modernos. Lo que nos interesa aquí es lo que pasó con Apolo, Electrión y el empleado con cara de bobo.
Muñeca-Apolo siguió triunfando con su nueva espada de fibra de carbono y saliendo todos los años por la Puerta del Príncipe como sale el sol por Oriente y cada vez fueron más los fieles del culto decadente a Apolo Helios, sobre todo entre las mujeres y los cursis y también entre muchos jacintos y ciparisios.
Electrión fue convertido en gallo por Ares y condenado a ser lanzado por los aires por un señor de Almendralejo cada vez que Talavante diera una vuelta al ruedo en cualquier plaza del mundo.
Ha estado Vd. quevediano, en el mejor tono burlesco, aunque algo excluyente para los logsianos, tan ajenos al recurso de la mitología.
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