31 de marzo de 2012
Domingo de Resurreccióm
Plaza de Toros de Sevilla. 1ª de abono
Cinco toros de Gracigrande y Domingo Hernández más uno de Parladé
para Morante, El Juli y Manzanares
¡ FELICES PASCUAS!
A eso de la una y media de la tarde de ayer venía yo muy feliz por el Paseo Colón ,pues había recibido por la mañana una gran noticia, cuando al pasar el semáforo de Adriano me asaltó un ejambre de reventas ofreciendome boletos para la corrida de la tarde y, como me cerraran el paso, tuve que espantarlos a manotadas. Un poco más adelante, un grupo de turistas pertrechados como para ir de campamento intentaba sin éxito comprar en la taquilla las mismas entradas por un precio justo pero lucía ya el cartel de no hay billetes. Dicen que la mayor parte del papel que ahí faltaba estaba en las recepciones de los hoteles elegantes de la ciudad, esperando a tauristas viajeros de mas poderío que esos pobres de mochila y chubasquero. Cerca de la verja vi de pronto que el ejambre se abalanzaba con furia sobre el rebaño de campistas, aligeré los pies y fuime.
Los toros
Ya por la tarde cruce el puente de Triana bajo amenaza de lluvia y me dirigí a la Plaza. Visto lo de la mañana pensé que no se llenaría pero para mi sorpresa, poco antes de iniciarse el paseillo, estaba ya repleta. En los tendidos zumbaba impaciente el público bajo los paraguas. En las gradas, donde se paga menos y uno no se moja cuando llueve, había más sosiego. El comentario general, tras las cortesías propias del reencuentro con los vecinos de localidad, era el baile de corrales. ¡Seis toros de Garcigrande rechazados por los veterinarios! ¡El señor Fernández Rey convertido repentinamente en garante y paladín de la integridad del toro de lidia!
Rechazados en el reconocimeinto |
En realidad la conversión del presidente no había sido nada repentina y la historia viene de atras. Dicen que cuando los veedores de Sevilla fueron a Salamanca a ver los toros apartados para la corrida de ayer, les enseñaron una piara de unos treinta y les dijeron, "Esos son" "¿Pero cuales de entre todos esos?", preguntaron los sevillanos. "Ahí están, junto los que van a Madrid". Se volvieron a Sevilla los veedores sin saber lo que vendría en abril y con la mosca detrás de oreja porque resulta que los que llaman los Domecqs de Salamanca no van este año a Las Ventas. Avisados el presidente y los veterinarios a la hora del reconocimento, echaron para atrás seis alpargatas y obligaron a traer seís bovinos quedando finalmente remendada la corrida con unos primos hermanos de Parladé. Además, no sabemos si por celo vigilante del equipo de Fernández Rey o por el trajín de los cambios, no dio tiempo de que los llongueras de la escofina hicieran su fina labor de lavado y marcado sobre las puntas y así no no solo es que salieran ayer los toros enseñando los pitones sino que no se escobillío ninguno, como suelen.
Dicen que las tormentas ionizan la atsmófera y esto provoca una mayor oxigenación en los organismos y que a los toros le sirve para reponerse mejor de los esfuerzos y los castigos. Ayer la corrida embistió, en su estilo noblón y sin dificultades, a pesar del percance del Niño de Leganes. En esto y en presentación los hubo mejores y peores pero lo que ninguno tuvo fue fuerzas, que es precisamente por lo que las figuras se piden estas ganaderías.
Remiendo de Parladé
Los toreros
La corrida resultó de un triunfalismo exasperante: música barata, palmas por bulería, gritos de torero torero. y, finalmente, Puerta del Príncipe para que todos vuelvan a casa convencidos de haber contemplado algo excepcional. La vulgaridad festera se apodera a marchar forzadas de Sevilla, ya queda poco para el Maestraza Shore.
El Juli recibió a sus dos toros a portagayola, sin lucimineto y, en el segundo, debió caersele algo al pisoplaza, una moneda o una medallita, no sé, porque estuvo todo el tiempo buescándola, encorvado, en compañía del toro, que arrastraba el hocico como esos cerdos que buscan trufas, iendo de acá y para ayá sin desmayo. Cuando parece que el Juli encontró lo que buscaba, se puso finalmente derecho y entonces sí dió dos tandas de naturales soberbias, ceñido al toro, bajando la mano y echándoselo a la cintura. Todo lo que había hecho antes no resistirá la acción del tiempo sobre la memoria aunque quedará para la estadística que salió por la Puerta del Príncipe.
Manzanares, estuvo divagando toda ala tarde entre lo cursi y lo vulgar, hasta dar con lo insustancial . No nos pusimos de acuerdo en la grada sobre el color del vestido; para unos era gris plomo, para otros gris ratón, para todos feo. Plomizo, ratonero y feo fue su toreo ayer.
Morante dictó una lección magistral con su primer buey. Cuatro toques en las orejas y, con la espada preparada desde el inico de faena, media fulminate. Al segundo le dió unas verónicas que ni las sueñan los otros dos.
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