Ernest Hemingway junto a Antonio Ordóñez |
Suicidio aparte, la figura de Hemingway siempre me ha parecido envidiable, o al menos la buena vida a la que aparentemente se daba: caza, pesca, copas. No es difícil imaginarlo en El Floridita. Este bar y restaurante habanero se hizo mundialmente famoso gracias a él. ¿Cuántas copas hubo de tomarse en El Floridita para hacerlo famoso?. Chicote, más cercano para nosotros, también acogió a este americano que alternaba los cócteles de la Gran Vía con el frente del Jarama. Se cuenta que Hemingway llegaba a Chicote desde el Hotel Florida de la plaza del Callao con las necesarias prevenciones para evitar los proyectiles disparados desde del frente contra Madrid.
Y además de todo ello, aficionado a los toros. Pero no le dio tiempo a escribir de Perucha. ¿Y qué hubiera escrito de Tomás, de Morante, de Manzanares?.
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