domingo, 23 de octubre de 2011

PACHECO, DE LA LÍNEA, PROMETE

Sábado 22 de octubre de 2011
PLAZA DE TOROS DE LA LÍNEA
V Encuentro provincial de las Escuelas Taurinas de Cádiz
Cuarto tentadero en clase práctica, reses de Gavira
Crónica Quintana. Fotos Roca.


El otoño llegó con retraso pero con fuerza a La Línea. Estuvo lloviendo con ganas toda la madrugada y la mañana del sábado. Sin embargo, para las seis de la tarde la Plaza ya estaba dispuesta para acoger la tienta de las reses de Gavira, con la particularidad de que el sitio donde debía picarse, junto al tendido 2, estaba encharcado, por lo que el picador y los becerritas tuvieron que hacer su labor en los terrenos del 5.

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Para probar sus reses, el ganadero ordenó que tomaran dos puyazos. Para el primero los muchachos debían poner a las becerras en corto y cuando éstas entraran al caballo el picador les debía dar fuerte para que sintieran dolor. Para la segunda vara, las debían colocar mucho más lejos, seis metros o más para afuera, para probar la bravura y ver si se arrancaban prontas y alegres a donde ya sabían lo que les esperaba. Luego, los becerristas pudieron ejercitarse durante diez minutos bajo la dirección de sus maestros y del propio ganadero, que no se cansó durante toda la tarde de dar indicaciones e instrucciones a los practicantes para poder apreciar mejor la condición de sus animales en la faena de muleta.

Entre las particularidades de este tentadero debemos reseñar la asistencia de una banda de música de paisanos ataviados de modo informal, algún cursi diría casual, que interpretaron pasodobles mientras los aprendices practicaban con la muleta. Como muchos de los asistentes confundieron el tentadero con una becerrada festiva, se dedicaron incomprensiblemente a pitar y chillar al picador cada vez que probaba una vaca así que toda la tienta se desarrollo entre el griterío y los comentarios fuera de tono y lugar que sólo es capaz de proferir cierta gente de La Línea y, en particular, los dos borrachos que estaban sentados de la grada 1.

VACAS TENTADAS



Nº 511, Choquera, negra bragada corrida y axiblanca, hija de Destinado, semental de trece años herrado con el nº 57. Tras conocer el dolor y sangrar en la primera vara, se arrancó alegre y de lejos a por la segunda. En la muleta de Juan Cortés evidenció escasez de fuerzas y se cayó varias veces mientras el novillero de La Línea intentaba y lograba arrancarle algunos pases largos y templados, pero siempre uno a uno, dándole reposo a la vaca. El ganadero aprobó a la vaca para madre.

Nº 33, Navegante, negra mulata y tocada del derecho, hermana del toro del mismo nombre y nº 78 a quien manzanares desorejó en Algeciras esta feria pasada. Eduardo Sibaja, de la escuela de Algeciras, la recogió bien con la capa y la llevó con soltura al caballo. Al cite de la segunda vara se arrancó pronta y se quedó en el peto empujando. En la muleta fue igualmente pronta y repetidora. Por el derecho se colaba y buscaba el pecho del becerrista, propinándole varios achuchones. El ganadero le pidió al joven algecireño que le sacara partido a la vaca y se gustara toreando. Sibaja se muestra ágil y rápido de reflejos, finalmente se pone de rodillas y se faja con la vaca sacando pases muy jaleados por el público y por el propio ganadero. El becerrista ha estado a la altura y, a instancia de su maestro el Merlo, saluda al público recogiendo aplausos. La vaca pasa la prueba.

Nº 243, Barbera, negra, sale abanta y rehuye el capote del jerezano Eloy Hilario, que con dificultades logra recogerla y llevarla al caballo. Le pegan fuerte para quitarle las ganas de corretear tanto y a la segunda puya se viene de lejos pero sin demasiado ímpetu. El jerezano pone tres pares de banderillas mientras le asiste en la briega Cortés; los de la banda, que no se habían percatado, comienzan a soplar en el segundo par. En la muleta la vaca es buenísima, acude pronta al cite, repite la embestida, es noble y no hace extraños. Eloy Hilario muestra que tiene asimilados los fundamentos clásicos con la muleta y torea con gusto pero sin lograr llamar la atención de la grada, más pendiente de los borrachos del 1 que del joven torero. Pero el jerezano, además de fundamentos, tiene genio y un punto tremendista así que cita de rodillas a la vaca en el charco junto al tendido 2, la vaca se va a por él sin acudir al engaño, el torerillo no se enmienda y resulta arrollado y revolcado por el agua y el barro. Luego se levanta y ya con todo el público pendiente y jaleando la faena sigue toreando en el mismo sitio, dándose la simpática circunstancia que de vez en cuado la vaca paraba de embestir y se ponía a beber. Al final, notas altas para el becerrista y para la vaca.

Nº 171, negra, el griterío nos impidió oír bien su nombre, puede que se llamara Bachillera. Corretona y abanta Lo tiene difícil el linense Juan Jesús Moya para recoger a la vaca con un capote que luce el nombre de Salvador Vega. Finalmente es Pacheco quien la pone para la primera vara. En la segunda vara, la vaca no demuestra bravura. Se defiende en la muleta y Moya no se hace con ella en los medios, donde la vaca le gana la partida. Aconsejado por su maestro Landrove y por e propio Gavira, cierra a la vaca en los terrenos de adentro y logra sacarle algunos pases, pero en general se muestra aun verde y no llega a imponerse al animal. Simuló matar a la vaca en la suerte de recibir. No aprobaron ni la vaca ni el becerrista.

Nº 17, Estoquera, negra. Pacheco, de La Línea, la recogió con la capa con ciertas dificultades pero pronto se hizo con ella y la saco a los medios con verónicas y delantales rematados con una larga. Luego la llevó al caballo y tras las dos puyas de rigor, nos ofreció una buena faena de muleta en la que demostró manejar la muñeca con soltura de forma que imprime a los muletazos temple y mando. Vimos a su maestro Landrove, muy implicado con todos sus alumnos, especialmente ilusionado en el trabajo de Pacheco. Toreó magníficamente al natural y una serie en la que hubo un cambio de manos y remató de pecho fue de lo mejor de la tarde. Es la segunda vez que vemos torear a Pacheco y nos reafirmamos en nuestras ilusiones. La vaca será madre algún día.


FUERA DE PROGRAMA

De propina y sin que sepamos quien costeaba el regalo, Gavira soltó un eral macho colorao marcado con el Nº 45, pronto y noble para que se luciera Juan Cortés, que se dedicó a intentar “componer y expresar” con capa y muleta sin lograr del todo dominar a la res. Desde el callejón y el tendido se le pidió que torease más, pero al joven novillero linense no se le vio reposado y del todo a gusto, así que cortó su faena y simuló la surte de matar. Lugo, como ya anochecía, costó un mundo meter otra vez al novillo por la oscura puerta del chiquero.

Mañana se celebrará el quinto y último tentadero en San Fernando y el próximo domingo será la gran final en Chiclana.

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