jueves, 21 de junio de 2012

LA NOVILLADA DE LOS HEREDEROS DE MIGUELÍN EN ALGECIRAS

TRES HORAS DE ABURRIMIENTO y DENSIDAD MÁXIMA. Con bueyes de Gerión y Hércules cabestrero.


Miércoles 20 de junio
2º festejo de la Feria de Algeciras
Seis utreros de los Herederos de Miguelín para José Monje, Álvaro Sanlúcar y Antonio Santana, que debutaba con caballos 

Hércules, que trabajó por aquí cerca, manejando uno de los bueyes de Gerión, que también era de por aquí.
Desgraciadamente, los cabestreros de Las Palomas no aprendieron nada de sus antepasados
Prueba de resistencia en el coso de Las Palomas, solo apta para gente con mucha paciencia o que no tenga que trabajar al día siguiente. Tres horas de aburrimineto mitigado por una agradable merienda-cena entre el tercer y el cuarto toro. Los ciudadanos que acudimos al festejo solo pudimos llenar un cuarto del aforo. Los que hemos sacado el abono volveremos irremediablemente; los que sacaron solo esta entrada. no sé si lo harán.

Hasta ayer por la tarde no me había dado cuenta de que el kilogramo es una unidad de masa cambiante según los municipios. Quizá sean reminiscencias de la revolución cantonal o competencias cedidas recientemente por la Junta a los ayuntamientos pero como sea y vistos los novillos de Miguelín que se lidiaron ayer en el coso de Las Palomas no puedo más que concluir que cuatrocientos kilos no son lo mismo en Sevilla, que en Jeréz o en Algeciras. Sin embargo, por no dudar de las básculas, quizá el problema sea la densidad y habrá que considerar que la relación entre la masa y el volumen de los novillos que se lidiaron ayer en Algeciras es mayor que la de los que he visto lidiar esta misma temporada en otras plazas. Si fuera así, podemos decir que los novillos de los Herederos de Miguelín lucieron densidad máxima.


Todos los novillos fueron negros y negros mulatos mostrando solo variación el último de la tarde, que lucío ciertas notas de berrendo entre los cuartos traseros, pero tan sutiles que más que bragas diríamos que llevaba braguitas, o tanga. Bien armados, con considerablemente ofensivos algunos, otros cornibrochos como el 1º y el 6º. En general flojitos y sin fuerzas, especialmente el 2º, que se echó en tablas. Dieron posibilidades de lucimineto en el último tercio, por que embestían con cierta clase y fueron nobles, sin que desgraciadamento los novilleros supieran aprovechar estas cualidades. El 3º fue revoltoso. El 4º nos gustó algo más que los otros, llegó más entero al último tercio y embistió en la muleta con prontitud y clase. El 6º quizá fue el peor, por parado.  


El 5º fue devuelto por renquenar de los cuartos traseros. El 5º bis se partió el cuerno derecho por la cepa al clavar los cuernos en el suelo. Se llevó el asta un paisano del tendido 4, que lo recibió de manos de un señor que había en el callejón sin que los alguacilillos se percataran.  En la devolución del 5º bis presenciamos un espectáculo lamentable por la incapacidad de los cabestreros para manejar los bueyes; para intentar que volvieran a los corrales llegaron incluso a tirarles unas piedras de tan considerables dimensiones que parecían bollos de pan.


Los recibimientos de capa, discretos. Mejor el de Álvaro Sanlúcar al 5º tris, al que debió ver más fuertecito que los anteriores, flexionando las piernas a la verónica y con cierta vibración. 


La suerte de varas, inexistente. Mejor que la supriman cuanto antes. Los novillos sin fuerzas y sin clase entrando al caballo. Los picadores poniendo las puyas traseras y barrenando para mermar más a los ya de por si endebles animales. En banderillas casi todos los novillos esperaron, sin acometividad. 


La terna de novilleros, pesadísimos e incapaces de hacer nada bueno con la muleta ante unos novillos que ya hemos dicho dieron muchas posibilidades en este último tercio. Se impuso el feo vicio de no pararse, de dar  tres pasitos atrás después de cada muletazo y el de enmendar la colocación. Todo provocado por la falta de mando.   


De la suerte suprema mejor no hablar. Monje, variado con el estoque y haciendo guardia al primero. Álvaro Sanlúcar ni siquiera tuvo que matar al 2º de la tarde, que se echó junto a las tablas y fue ajusticiado por el puntillero.  El tal Santana tiene el vicio de salirse descaradamente de la suerte y ya en los preparativos va colocando la pierna izquierda de forma que le permita salir najando. En general todos pincharon varias veces antes de lograr a la tercera o la cuarta estocadas despréndidas, bajas, caídas y siga usted enumerando todo el catálogo de defectos.


El público, generosísimo. Aplaude cualquier cosa que hagan los novilleros. La culpa siempre es del toro. Así nos va.     


ORDEN DE LIDIA  
Nº 29, 400 kilos, 03/2009.-
Nº 25, 410 Kilos, 11/2008.-
Nº 32, 415 kilos, 11/2008.-
Nº 38, 405 kilos, 10/2008.-
Nº 26, 390 kilos, 12/2008.-
Nº 17, 415 kilos, 01/2009.- 5º bis
Nº 24, 450 kilos, 09/2008.- 5º tris
Nº 27, 450 kilos, 02/2009.-

LOS NOVILLEROS
José Monje.
1º.-  Sablazo atravesado que hace guardia, pinchazo, estocada tendida, aviso y palmas desde el tercio.
4º.- Pinchazo hondo tendio y estocada entera y desprendida. Una oreja y aplausos al toro en el arrastre.
Álvaro Sanlúcar. 
2º.- Mató el puntillero. ¡Aplausos desde el tercio!
5º tris.- Tres medios pinchazos desprendidos y estocada entera, aviso y descabello. Incomprensibles aplausos desde el tercio.
Antonio Santana.
3º.- Dos pinchazos, media atravesada y tendida que escupe, pincahzo bajo y contrario. Silencio
6º.-Estocada casi entera y puntilla. Algunas palmitas (de alivio por que ya nos vamos a casa)  

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