MIGUEL ÁNGEL FUENTES BRILLA EN LA NOVILLADA DE LA LÍNEA

MIGUEL ÁBGEL PACHECO Y DIEGO LUQUE, CADA UNO EN SU ESTILO, SIGUEN ILUSIONANDO A LOS AFICIONADOS

Viernes 20 de junio de 2012

Plaza de Toros de La Línea de la Concepción

Primer festejo de la Feria

Cuatro erales y dos añojos de SAntiago Domecq y Bohórquez para Manuel Peña, José Ángel Fuentes, Juan Cortés, El Paquera, Miguel Ángel Pacheco y Diego Luque

Novillada económica para abrie la feria taurina de La Línea. La Plaza registró casi media entrada. En el callejón, bajo las gradas del 5, estuvieron presenciando la novillada Cayetano, que hoy actuará en esta plaza, y su representante Curro Vázquez.

Abrió plaza vestido de blanco y plata Manuel Peña, de Benalup. Le tocó en suerte un novillo colorao al que recibió de capa sin lucimineto y tuvo que ver como, ya parado el novillo, el granadino Miguel Ángel Fuentes le hecía un quite por tafalleras. Tras las banderillas comenzó Peña citando en los medios al novillo para ejecutar un pase cambiado por después no se hizo del todo con el novillo, éste era algo incómodo porque cabeceaba mucho, se quedaba corto por el izquierdo y por el derecho se revolvía pronto, incluso fue mirón y buscó las piernas del novillero. Peña estuvo digno y valiente en todo momento, hasta que al final de faena y después de aguantar mucho logó sacar uno a uno buenos pases con la mano derecha. Señaló un pinchazo en la suerte natural y metió media en la contraria con todos sus defectos (tendida, trasera, caída y atravesada), escuchó un aviso y recibió una oreja como premio, lo que visto lo que vino después resultó ser una auténtica racanería por parte del señor presidente.

Miguel Ángel Fuentes, de Granada y ataviado con un terno lila y oro, demostró anoche que en preparación técnica y en agilidad mental lleva mucho adelanto a sus compañeros de cartel, Bien es verdad que le tocó en suerte el mejor novillo de la noche, un colorao bociblanco al que recibió con una larga cambiada en el tercio y al que enjaretó unas buenas verónicas en las que el animal ya demostró clase metiendo la cara muy bien. Era tal la calidad del novillo que todos nos relamíamos cuando vimos salir a Juan Cortés con muchas ganas a hacer su quite y a las primeras de cambio perdió el capote aunque luego se resarció con tres verónicas y media de remate a las que replicó Fuentes con chicuelinas y una larga templada para despedir a la res. En banderillas el bicho siguió demostrando cosas buenas al acometer pronto y franco a los cites y salir persiguiendo a los banderilleros hasta el punto de que Víctor Nieto tuvo que hacerle un quite in extremis a Montoya al salir del primer par. A pesar de los apuros, el mismo Montoya destacó al clavar el tercero. Con la muleta el granadino Fuentes complació a los asistentes mostrando un buen torero de mano baja, arrastrando la muleta, ligado y bien rematado por ambas manos, brillando en los pases al natural, mientras que el novillo siguió demostrando fuerzas, prontitud, boyantía y nobleza. Los mató Fuentes de una buena estocada en la suerte contraria en la que la espada cayó igualmente contraria, lo que le valieron las dos orejas y el rabo del novillo, al que se premió con la vuelta al ruedo en el arrastre. Por cierto, que nos extrañó la peculiar manera del señor presidente de conceder los trofeos, pues en vez de atender a la petición del público y sopesar la opinión de los tendidos, sacó los cuatro pañuelos juntos, los tres blancos y el azul, en cuanto apuntillaron al novillo.

El linense Juan Cortés, de rojo y oro, recibió sin brillo y perdiendo el capote a un novillo castaño algo bizco del izquierdo y muy flojo. Hizo el Paquera su quite por chicuelinas, aunque cambiando de sitio para cada cite e igualmente perdiendo el capote y replicó Juan con una verónica y media que fueron recibidas con indiferencia por el público. En banderillas se lucieron Víctor Nieto y Corruco I. Brindó Juan Cortés a su primo el cantaor Joselito Montoya y comenzó la faena de muleta. No era posible obligar mucho por bajo al animal que resultó demasiado flojo y se quedaba algo corto en sus embestidas. Juan no debió sentirse cómodo pues apreciamos su toreo poco fluido, alternando algún detalle bueno y de gusto con pases sin ligazón, cites fuera de cacho y pasitos para atrás buscado la colocación para el siguiente pase. Vemos que sigue costándole matar, que encoge el brazo y se sale de la suerte así que pinchó tres veces antes de lograr una estocada muy atravesada, a pesar de lo cual el señor presidente tuvo a bien concederle por su cuenta y riesgo orejas.

Desde Algeciras vino a La Línea el Paquera vestido de nazareno y oro para enfrentarse a un novillote negro mulato y listón muy abierto de cuerna al que recibió de rodillas en el tercio con dos largas cambiadas aunque a la hora de recogerlo con el capote mostró algunas dudas. En banderillas vimos que el toro que acometía con genio y a arreones así que cuando el Paquera tuvo que torearlo con la muleta, más que someterlo lo que hizo es acompañar las embestidas evitando enganchar, echándose en falta algo de temple y mando. Lo mató en la suerte contraria de media estocada caída y trasera y recibió como premio dos orejas.

Miguel Ángel Pacheco, de La Línea, vestido de burdeos y oro, gustó al recoger con verónicas a un añojo colorao que salió muy abanto y corretón. Hubo pique en los quites con Diego Luque  y ambos se mostraron variados y alegres con el capote desplegando tafalleras y chicuelinas. Brindó Pacheco a Cayetano y en la faena de muleta intercaló pases buenísimos, templados y llevando al añojo muy toreado con otros algo acelerados y arqueando en exceso el cuerpo al meter riñones, quizá por querer cargar mucho la suerte, lo que no es mal principio. Tras llevarse algún revolcón, marró al intentar matar recibiendo por dos veces, pinchó, escuchó un aviso y luego señaló un pinchazo delantero y metió media caída. Se llevó como premio dos rejas.  

Diego Luque, que es de La Línea aunque pertenece a la escuela de Algeciras, vestido de azul y oro, recibió a un añojo negro y con muchísimos pies con dos larga cambiada de rodillas en el tercio y continuó con verónicas que fueron muy jaleadas por el público. Tras compartir de nuevo quites con Pacheco en la que volvieron a desplegar un ramillete alegre de chicuelinas, tafalleras, delantales y otros pases, brindó a Curro Vázquez y Cayetano, con los que tuvo un largo parlamento. Comenzó citando al añojo en el platillo para ejecutar el pase del guardabarreras, o del Celeste Imperio, continuó con derechazos vibrantes y poco a poco fue mejorando su actuación y se fue haciendo con el novillete con su toreo bullidor y alegre, mejor por con la mano derecha que al natural, por momento algo acelerado, sintiéndose a gusto en los circulares hasta el punto que el novillo se sintió dominado y buscó las tablas. Mató a la primera en la suerte contraria de una estocada entera en su sitio aunque algo tendida, descabelló dos veces y recibió como recompensa dos orejas y el rabo de la res.