viernes, 8 de junio de 2018

ESTOCADA ANTOLÓGICA DE PACHECO EN SEVILLA (Crónica Proverbial)

Plaza de Toros de Sevilla
Jueves 7 de julio de 2018. Nocturna. 18º festejo de abono
SEIS NOVILLO DE DOÑA DOLORES RUFINO, DE LA PUEBLA DEL RÍO, PARA MIGUEL ÁNGEL PACHECO, MIGUEL MUÑOZ Y CALERITO

CRÓNICA  PROVERBIAL 

FIAT VOLUNTAS SUA
A los que escriben en la prensa, los críticos se dicen, no les gustó el ganado de Dolores Rufino, les parecieron novillos escurridos, algunos chicos, desiguales de presentación y comportamiento, en general mansos o simplemente malos. Sobre lo de calificar al toro de bravo o manso hay mucho que decir, y casi nadie dice nada o no dice la verdad. Son términos que han cambiado de significado, o que se ha desvirtuado por su mal uso, con ánimo de confundir. Yo prefiero hablar de toros de poder, con o sin, y encastados, descastados, con mala leche o nobles. Mansos debería ser sinónimo de inofensivo, pero en los toros no es así pues los que se dicen mansos suelen dar más miedo que los que se califican de bravos. Esto de llamar bravos a los toros habría que investigarlo; es término que se puede aplicar tanto a un toro como a un estudiante y en este último caso significa esforzado e inteligente, lo contrario que se aplica a los toros pues los que se dicen bravos suelen ser esforzados pero bobos. Yo creo que el término procede de Italia, de la ópera, y que fueron los turistas del XIX los que lo introdujeron en el argot taurino, Bravo toro!  Se referirían entonces a esas alimañas encastadas de patas muy duras que mataban caballos y no hacían concesión alguna a los toreros, animales inteligentes y fieros que aprendían rápido sobre los que debía imponerse el lidiador haciendo alarde de conocimientos, mayor inteligencia y rapidez mental. Anoche, los novillos de la Puebla del Río, mostraron casta, buena y mala para embestir y poner a a los novilleros en algún aprieto sin llegar al grado de alimañas peligrosas.  A mi me gustó especialmente el sexto; es decir, me causó interés, me mantuvo atento a lo que hacía y lo que podía hacer con él Calerito. Este toro salió abanto, no dejó de mirarlo todo y de acudir donde alguien o algo se movía, impuso su voluntad e hizo lo que le dio la gana en todo momento y ni el novillero ni su cuadrilla supieron pararlo ni llevarlo al caballo. Allí fue cuándo y como quiso, la primera vez se dolió al sentir que le rozaba la puya y se salió pero luego se arrancó de largo  y empujó metiendo los riñones mientras levantaba el rabo, hasta casi derribar al caballo. En banderillas salió de los embroques persiguiendo a los banderilleros, que evitaron asomarse mucho al balcón, y los acosó hasta las tablas, donde unos tomaron el olivo y otros se tiraron de cabeza al callejón, lo que gustó mucho a una familia de chinos que tenía sentados cerca de mí. En la muleta no se dejaba, siempre con la cara alta, andarín y mirón. Está claro que no daba chance al lucimiento ni a las posturitas. Había que lidiarlo. Poderle, y sobreponerse a su poder. Todo esto es lo que no les gusta a las figuras ni a los figurines y tampoco les ha gustado a los críticos taurinos , me refiero a los que han hecho de hablar y escribir de toros un modus vivendi (id est, manducandi atque bibendi) y, de alguna forma, ejercen la censura sobre la casta, por lo que hoy puede leerse en diarios y revistas como los que dicen que entienden lo descalifican sin piedad (si gustan, entiéndase entienden en todas sus acepciones). Sin embargo, sé que no son pocos a los que les gustaría ver más toros así, toros que intenten imponer su voluntad, que no se dejen, y a toreros que demuestren poder más que ellos. 

DIEM PERDIDI
Miguel Ángel Pacheco, de La Línea, tiene ya bagaje para demostrar y hacer más. Hace dos año se presentó en Sevilla y decepcionó a los que esperamos mucho de él. Ayer creo que volvió a dejar pasar una oportunidad. Este año ha cortado orejas en Madrid y Vic-Fecensac con novillos duros, correosos y con mucho peligro. Anoche, tuvo un novillo encastado y noble pero el toreo de capa a la verónica brilló por su ausencia. En varas hizo el novillo una buena pelea, entrando pronto y con fuerza al caballo y saliendo con celo tras los capotes. En banderillas no supieron cuidarlo y tras el primer par hizo hilo con el baderillero, lo siguió hasta el burladero sin que nadie le metiera un capote y topó rompiéndose el cuerno izquierdo por la cepa. Pacheco lo toreo con la muleta por el derecho en tres tandas con corrección y técnica irreprochable, cumpliendo todas las rúbricas que manda el manual, llegando a brillar en la tercera y haciendo sonar la música. Al natural se estrelló pues creo que el toro acusaba la lesión e intentaba defenderse por ese pitón con un molesto cabeceo. La faena se vino abajo y Pacheco puso fin a este primer envite con una buena estocada un pelín trasera que no fue efectiva. No hizo uso del descabello y todo se fue enfriando cada vez más. Tras un primer fallo del puntillero, que levantó al novillo, éste dobló por segunda vez. Para entonces el público estaba tan frío que sólo sonaron algunas palmas para una faena que hubiera merecido más.

Al primer novillo de Calerito, el tercero de la noche, Pacheco le hizo un quite muy floreado, de esos en que se revolea mucho el capote antes de que lo tome el toro. Me dicen que saltilleras y caleserinas. Yo de eso no sé nada, ni me gusta. 

Su segundo novillo, el cuarto de la noche, salió abanto, fue tardo en los cites, le gustaba escarbar y lo protestaba todo. Pacheco se empeño en recibirlo de rodillas en el tercio consiguiendo desesperar y enfadar al público ya que el toro no tenía intención de ir a buscarlo a él. Lo llevó galleando por chicuelinas al caballo, donde no brilló la pelea del toro. Se lució con dos buenos pares Daniel Sánchez. En la faena de muleta Pacheco estuvo muy arropado por los aficionados de La Línea, que con Curro Cabrera, Pepe Andana y otros muchos de los que cada tarde llenan el Museo Taurino de aquella ciudad había fletado un autobús. Sin embargo, el novillo tardaba en embestir, no tenía recorrido, llevaba la cara alta y Pacheco se mostró porfiado pero frió, sin hacer gala de las buenas formas y conocimientos que sabemos que tiene. A su favor, que la estocada con la que fulminó al novillo hubiera valido la vuelta al ruedo y mucho habanos y muchos duros de plata en el siglo XIX. Hubo una tímida petición de oreja, insignificante. Salió a saludar al tercio, que hubiera sido un buen premio, pero equivocó la ocasión y dio una vuelta al ruedo excesiva para el siglo XX entre división de opiniones, la de los que aplaudían por inercia y la de los que se la reprochaban con criterio.   

MIES VIRIDIS
Ponderan en demasía los críticos de la prensa diaria a Calerito. El novillero de Aznalcóllar esperó a portagayola a sus dos novillos para echar luego el cuerpo al suelo al tiempo de dar la larga cambiada y luego levantarse para  lancear con verónicas a granel, velocísimas y a exigencia de los muchos pies de unos novillos recién salidos del chiquero con los que, según alguno "lo bordó", aunque yo creo que para bordar bien hay que ser detallistas, mover las manos con esmero y despacito. Con la muleta lo vi citando siempre fuera de cacho y corrigiendo su posición entre pase y pase, bailando mucho al rededor de los novillos. Yo no le quito méritos a quien sólo toreo una novillada el año pasado y la de anoche ha sido la primera de la temporada presente; sin duda, tiene mimbres y estuvo dispuesto y con ganas de agradar al público y de torear a sus oponentes pero algunos quieren ver un niño prodigio donde todavía no hay más que un aprendiz bisoño. 

ARS LONGA, VITA BREVIS
Jesús Muñoz, de la Puebla del Río, paisano de los novillos de ayer noche, tiene 26 años y en dos temporadas se ha vestido de torero dos veces, ayer y otra el año pasado; ya ha tenido suficiente tiempo para aprender aunque parece que no ha disfrutado de oportunidades. 


Acta est fabula
EDENTULLATUS

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