Fotos: José Manuel Roca
El Festival Taurino de la Hermandad de Los Gitanos de Utrera prometía. Pero fue necesaria la maestría de Morante de la Puebla, el único que consiguió oreja, para salvar el festival. La tarde, escribe Quintana en su crónica, deambulaba entre el ni fu ni fa, hasta que llegó Morante y provocó el entusiasmo de público.
El Festival Taurino de la Hermandad de Los Gitanos de Utrera prometía. Pero fue necesaria la maestría de Morante de la Puebla, el único que consiguió oreja, para salvar el festival. La tarde, escribe Quintana en su crónica, deambulaba entre el ni fu ni fa, hasta que llegó Morante y provocó el entusiasmo de público.
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