miércoles, 20 de julio de 2011

LA CORRIDA DE LA FERIA

Martes 19 de julio
Plaza de Toros de La Línea de la Concepción
Gran Novillada en clase práctica
3 erales y 2 añojos de GAVIRA para
Cristian Medinilla, Juan Cortés, Jiménez López, Jesús Nieto y Miguel Ángel Pacheco

A las nueve de la noche, con aire frío de poniente, la plaza casi llena y bajo la presidencia de don Francisco Díaz Chico, dio comienzo el único festejo taurino de la Feria de La Línea de este año, una novillada en clase practica organizada por la Escuela Taurina Linense para dos de sus alumnos y otros invitados de la comarca y la provincia.


De la Escuela Taurina de San Fernando vino Cristian Medinilla, de rojo y oro, al que toco en suerte un novillote colorao y de cuerna acapachada que no le dió muchas opciones ya que de salida mostró su tendencia a corretear por el ruedo rehuyendo los capotes y a buscar refugio en la zona de chiqueros. El de la Isla intentó recogerlo y pararlo con la capa pero tras arrancar algunas verónicas al huidizo animal, lo que sacó en claro es que el bicho embestía con franqueza por el derecho pero que por el izquierdo se defendía y arroyaba. Como además de estas virtudes el novillo tenía pocas fuerzas y no se empleaba, salió el Seba montado en un caballo y le puso una incomprensible puya antes de que los banderilleros clavaran dos pares de pares de palos que acabaron con el novillo derrengado por el suelo y con el convencimiento de que debía escapar de esos hombres tan malos, así que se rajó y se fue buscando la puerta de chiqueros, de donde no quiso salir el resto de su vida. Cristian no tuvo más remedio que irse también a los chiqueros a buscarlo e intentar convencerlo de que saliera alguna vez de allí pero no hubo entendimiento. De vez en cuando en animalejo salía de su retiro y embestía y el de San Fernando lograba alguna tanda aceptable por el derecho, pero en cuanto remataba con el de pecho o intentaba torear al natural se topaba con el peligroso pitón izquierdo del torete. Entró a matar Cristian y tras pinchar el la suerte natural logró en la contraria una estocada trasera y casi entera. Ensayó el descabello y oyó un aviso. Siguió practicando con el descabello un rato y por fin dobló el animalito. Fue aplaudido el de la Isla y se vieron unos poquitos pañuelos, suficiente para que el presidente considerara que había que darle una oreja.
Turno para Juan Cortés, gitano de La Línea y esperanza taurina de la localidad, cuyo traje negro y oro con los cabos rosas era toda una declaración de principios estéticos. Le tocó en suerte un novillote negro, con su morrillito y con presencia que causó admiración de salida pero que pronto cantó la gallina y se aquerenció en la puerta de chiqueros, desde donde de vez en cuando hacia alguna excursión a los medios con genio y malas ideas. Como Cortés es un artista, mandó a los subalternos a que lo sacaran de allí y se lo trajesen a su terreno, así que hasta que el gitano y el novillo pudieron conocerse personalmente presenciamos una demostración bien surtida de mantazos, pisotones y voces de los banderilleros que desde luego no sirvieron para sacar lo mejor del poco encastado animal. A pesar de todo, por fin lograron traerle el toro a Cortés y después de unas verónicas componiendo y expresando, como dicen los de la tele, pero de las que el toro ni se enteró, los dos jóvenes se despidieron y volvieron cada uno a su sitio, el niño al burladero y el novillo a la puerta de chiqueros. En esto que salió al ruedo el tercer practicante, Jiménez López, de Algeciras, y en un intento de quite por algo parecido a las tafalleras resultó arroyado y rodó por la arena.




Para bajarle los humos al novillo salió otra vez el Seba montado en un caballo y le puso una vara trasera muy protestada para luego rectificar y barrenar un poquito más cerca de morrillo. Se va el el Seba entre pitos y el novillo se vuelve a su sitio, le ponen dos pares con aprietos porque, visto lo que le pasa cuando sale, no quiere moverse de allí. Para iniciar la faena de muleta pide Cortés a los peones que le traigan el toro y e inicia una tanda de derechazos por bajo y doblando las rodillas pero no se hace con el animal, que como ya es costumbre se vuelve a su sitio. Se convence Cortés que tiene que ir hasta allí a buscarlo. A favor de querencia el toro se muestra en actitud defensiva y de vez en cuando acomete cuando se ve con ventaja. Cortés tras muchos preparativos solo logra monopases, sin ligar nunca, series de dos y el de pecho. Visto esto, debió pensar Cortés que ese novillo no le iba a su estilo, pero claro el traía pensada una cosa y resulta que el animal había pensado otra distinta, así que no hubo, como se dice, acoplamiento. A pesar de todo, es jaleado desde los tendidos por sus amigos y le tocan música y tras pinchar dos veces logra al tercer intento una estocada tendida casi entera que el toro escupe poco a poco y tras varios descabellos le conceden dos orejas que pasea entre aclamaciones de sus partidarios y amigos, con dos grandes ramos de flores en las manos y acompañado de sus dos hermanillas vestidas de flamencas y tocadas con mantillas blancas.

Con una aire cada vez más frío y más fuerte y con cada vez menos luz salió al ruedo el tercer eral de la noche, coloradito, bociblanco, y con muchos piés, que le tocó en suerte al algecireño Jiménez López, que lo saludó con una larga cambiada de rodillas, lo recogió con el capote y lo sacó a los medios con verónicas vibrántes que el viento quería descomponer. Desde luego que este recibimiento de Jiménez a su novillo agradó a los aficionados, que además tuvimos la suerte de que como ya se hacía de noche no saliera el Seba a maltratar a un novillo que se mostraba pronto, repetidor y codicioso y nada fácil por revoltoso y por llevar la cara un poco suelta con un ligero cabeceo. Inició el de Algeciras la faena en los medios con pases cambiados y acudió el colorao de lejos y pronto con emoción. Siguió Jiménez toreando por ambos pitones con ligereza y con un toreo movido pero andando seguro en la cara del nada fácil novillo, con recursos para salirse de las suertes cuando se veía apretado, como un molinete que nos gustó mucho, de esos que surgen por necesidad y no de los premeditados. Entró a matar tres veces ejecutando la suerte con decisión pero pinchó en hueso, al cuarto intento logró una casi entera y atravesada y descabelló varias veces. La petición esta vez si fue mayoritaria y se le concedieron las dos orejas y el rabo del novillo, al que los mulilleros dieron la vuelta al ruedo antes de llevarlo al camión del carnicero.


Ya casi en penumbra salió la cuarta res del festejo, un añojo negro de cuerna muy acapachada para que lo torease Jesús Nieto, espigado becerrista de la Escuela Taurina de Algeciras que no logró hacerse con él de salida a pesar de sus intentos de torear a la verónica. Le enmendó la plana al de Algeciras Miguel Ángel Pacheco, el pequeño y simpático becerrista de La Línea, que salió a hacer su quite artístico y sujetó al añojo con buenísimas verónicas rematadas con una larga templada. Volvió Pacheco entre aplausos al burladero y salió Nieto para intentar torear con la muleta a un bichejo inquieto y revoltoso que le buscaba los piés ante el que estuvo siempre valiente y poco más. Tras varios intentos de volapié y otros tantos pinchazos, logró una estocada muy baja que degolló al animalito, de resultas de lo cual se murió, por lo que le concedieron nada más y nada menos que dos orejas.

Echando de menos una rebequita e intentando distinguir algo en la oscuridad, vimos salir al último de la tarde, un añojo que se asustaba de las voces y del movimineto de los capotes de los subalternos. El pequeño y simpático Pacheco lo recogió con verónicas muy ajustadas y airosas. Nieto no quiso quedarse sin su quite y ensayó una chicuelinas desgarbadas. Un banderillero le clavó al añojo en medio del lomo un par banderillas y salió el animalito correteando por el ruedo y arrastrando los palitroques. Brindó Pacheco a su maestro Juan Carlos Landrove e inició la faena de muleta sacando al añojo a los medios toreando con la derecha y cambiándose de manos. El añojo no quiere pasar y busca al torerillo pero este anda en la cara del torete con gracia y agilidad, seguro y fácil. Vemos en Pacheco una gran virtud, todo lo hace con naturalidad, no hay en él movimientos afectados ni premeditados, todo lo que ejecuta surge por necesidad pero con gracia. Una tanda de naturales de Pacheco ha sido lo mejor con diferencia de la tarde, aunque en el remate de pecho ha salido un poco arroyado porque el derecho era el peor pitón del añojo y por ahí se acostaba. Como no puede ser de otra manera, mata mal, y ha dando unos cuantos pinchazos antes de lograr que su enemigo doblara. Se le concedieron dos orejas y dio la vuelta al ruedo a hombros de sus amiguitos.
En resumen, ¿qué hemos aprendido en esta la clase práctica?: que hay que estar pendientes Jiménez López de Algeciras y de Pacheco de La Línea.
FOTOS by Roca

2 comentarios:

  1. Excelente crónica como siempre de Javier y fotos espectaculares del amigo Roca, nos vemos en la Goyesca de Ronda.

    Aurelio

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  2. En la Goyesca nos vemos y gracias por lo de las fotos.

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Gracias

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